19 de julio de 2012

Muy fuerte

Copo,
Muy fuerte. Me voy de campamentos. Así, sí. Después de una movida tremenda en casa de la compi, después de una entrega de trabajos y exámenes de final de 3º que casi acaba conmigo, me lío la manta a la cabeza y me voy de campamentos. Y el galán me da una palmadita en la espalda y se le salta la lagrimilla al despedirme porque oigan, una semana es tiempo, mucho tiempo, y nosotros ya no sabemos estar separados. 

Y estando allí entre los mosquitos, los jabalíes y otros animales silvestres recibo una noticia. Sí, sí. Y es que en una de esas noches en las que yo llevaba enfundado mi polar (mientras el resto de mortales se derretían en la ciudad condal) alguien me anuncia que mi última entrada le ha hecho mucha gracia. ¿Cómo? Y yo me estrujo los sesos en recordar qué fue lo último que escribí. Y es entonces cuando pregunto "¿y de qué iba?" y a mi interlocutora se le pone cara de circunstancias y me dice que ya lo leeré, ya...

Mecachis en la mar, es que no puedo dejar al galán solo. Lo cierto es que muchos me habían pedido que retomara la actividad en este diario pero las cosas se me torcieron un poco. (Ahora es cuando vienen las excusas). La compi pasó uno de los peores momentos de su vida y yo tuve que estar a su lado. Naturalmente al poco ya estaba sentenciando algunas de sus frases lapidarias pero en casa había tanta tristeza que no pude hacer otra cosa que ir registrándolas y esperar a que todo volviera a la calma... Y cuando me di cuenta ya estaba de campamentos. 

Y ahora que estoy en una semana de paréntesis en casa aprovecho y doy señales de vida. Cabe decir que estoy por estos lares, entre campamento y campamento, porque mi súperprima se casa. Y es que sí, mi vida es eso que transcurre entre una boda y otra. Cuando me case (venga, va, nos casemos) probablemente voy a estar tan cansada de bodas que me pondré un chándal y un moño y listos. Porque si hay alguien que va a cuatrocientas bodas al año esos somos nosotros, oh sí. 

Vale, no, ya sabéis que a mí las bodas me encantan y que estoy mintiendo como una bellaca... pero estoy en pleno ataque de pánico. No me he depilado, hace demasiado que no me desenredo el pelo y tengo hasta rastas, no he decidido qué chal me voy a poner y tengo una marca del bikini horrorosa. No obstante, mañana a estas horas me faltará muy poco para testificar con una firmita que los novios se habrán dado el "sí, quiero".  Muy fuerte. 

Prometo volver... ¡lo prometo!

10 de julio de 2012

El rapto de Copo


Traaaaaanquiiiiiiloooosss!! A copo no le ha pasado naaada.
Ni se la han llevado los extraterrestres, ni se ha caído en un pozo, ni se ha metido en un convento, ni está cazando elefantes, ni ni ni ni ni....

El caso es que... HOY, por primera vez en la historia de El Diario de Copo, el Galán se ha dignado a escribir humildemente esta entrada que todos ustedes contemplan.
¡Si señor! Me he liado la manta a la cabeza y he dicho agarratequevienencurvas porque hoy mismo me pongo a escribir, porque madremiadelamorhermoso que la Alba ya hace como que muchísimo que no escribe por estos lares.

Y la verdad, no se que decir. ¡Claro! Como ella tiene a la Compi que no para de decir frases lapidarias lo tiene fácil, pero un servidor ha de estrujarse la cabeza, cual pomelo en fábrica de zumos, para escribir dos versos mínimamente graciosos interesantes.

Empecemos por el principio... Alba (o Albeta como a mi me gusta decir) ha pasado a mejor vida, es decir que está de vacaciones.
No contenta con eso, se ha dedicado a hacer el indio ¡Y de verdad!

¡Que conste en acta que su Galán la comprende mas que nadie! Es superhipermegarchiultralógico que después de pasarte todo el año hablando de niños, trabajando con niños y estudiando su psicología te apetezca pasar el verano... trrrr(redoble de tambores)... ¡¡CON MÁS NIÑOS!!

Ya me lo dijo la abuela, que esta niña en lugar de reloj interno tenía una bomba de relojería... Cuanta sabiduría para ser un chiste...

¿Y que os puedo decir de mi que no haya dicho ya esta señorita? Pues que soy un encanto y tan buen galán que el día que ella lea esto caerá en mis fuertes y tonificados brazos sin apenas pelo para decirle al oído que la quiero (eso último sí es verdad)