22 de diciembre de 2011

La zarzuela y la Navidad

Copo;

El pasado viernes entré en el portal de casa de la compi y mis instintos más primitivos se volvieron locos. Así, tal cual. Y es que en el edificio olía a marisco. MARISCO... ¡Y si algo he heredado yo de mi abuelo es el amor por el marisco! Pero a lo que iba, en el edificio olía a marisco. A medida que me acercaba a nuestro rellano el olor se iba intensificando. Y a mí casi se me saltaban las lágrimas. 

Cuando entré exclamé un grito de júbilo. El olor a marisco venía de ahí. En ese momento maldije no compartir las comidas con la compi. ¡Mecachis! ¡Recórcholis! Repetía una y otra vez mi corazón marisquero. Y cuando la pregunté a la compi que qué estaba cocinando me contestó: 

"Una sarsuela de marisco... y es pá ti"

Sniiiiiiiif. La compi por primera vez en la historia tenía una detalle con una servidora (¡y sin estar terminalmente enferma!). Sniiiiif. La compi. Que ni sabe cuántos años tengo, ni cómo me apellido, ni cuándo es mi cumpleaños. La compi. Sniiiiif. Una pedazo de zarzuela de marisco. 

La pobre pensaba que ese viernes me marchaba de vacaciones y había querido hacer una súper comida navideña de despedida. Más hubiese querido yo. Esta semana tenía exámenes, trabajos que presentar, libros que leer y una larga lista de tareas navideñas pendientes. 

Hoy me he ido yo de vacaciones de verdad. Y por eso  he descongelao unas gambas y las he hecho a la plancha con ajillo y perejil. No se parecía a la zarzuela de la compi pero oigan, los dedos me huelen igual a marisco...

2 comentarios:

¿Y tú qué le dices a Copo?