Por qué sí, Copo, sí.
Para el galán y para mí ir al cine es todo un acontecimiento. Habrá gente que vaya muy a menudo, pero ese va a ser que no es nuestro caso... Hemos ido en contadas ocasiones y es que señores, ver las pelis por internet es menos glamuroso pero más barato Jajajajaja
Y claaaro, entre que el FBI nos ha cerrado Megavideo (sniiiffff), entre que el galán anda medio estresado por temas laborales, entre que yo voy estresada del todo por todo el follón que tengo de la universidad antes de las prácticas... al final cuando acabamos de cenar nos liamos la manta a la cabeza y nos plantamos en las taquillas del cine.
La última vez que fuimos al cine no hace demasiado y fuimos al cine por capricho mío, puro y duro. Y es que estrenaron en cine La voz dormida, ¡una de mis novelas favoritas! Si me di un hartón bueno de llorar leyendo no os podéis hacer a la idea de cómo lo pasé en el cine. El galán me miraba y rabiaba sólo de ver el dramón que tenía montado en mi butaca. Y aunque a mí la película me encantó el galán entonó eso de Nunca mais y dijo que la próxima vez escogía él la peli, sí o sí.
Y el galán lo que promete, lo cumple, ¡vaya que si lo cumple! No hubo manera de convencerlo de ir a ver La dama de hierro ni esa del George Clooney que ha ganado tantos premios... ¡qué va! Así que la cuestión es que ayer decidió que iríamos a ver Silencio en la nieve, ¡y la verdad es que esta nos gustó a los dos! Yo tuve que taparme los oídos y cerrar los ojos más de una vez y más de dos (que acabas oyendo y viendo igual, pero no pasa nada Jajajaja). Nos pasamos la peli comentando quién debía ser el asesino (porque sí: somos de los odiosos que comentamos la película), ¡pero las 3 parejas que nos acompañaron en la sala ni se quejaron ni ná! Jajaja
Y vosotros, ¿sois mucho de ir al cine?