Urgencias y otros entretenimientos varios de la tercera edad

Madredelamorhermoso Copo,

Menudo maratón de bingo que la compi y su amiga inseparable A (la que huele raro no, la que critica a la que huele raro). Llevan desde las 4 y pico (la novela aún no había acabado), son las 7 y veinte y por aquí nadie tiene intención de irse... y lo peor del caso es que las señoras siempre utilizan los mismos cartones, porque ya se tienen los números "aprendíos" (esto es verdad como la vida misma)... así que una va cantando los números que aguardan cuales peces en el mar, en una bolsa roñosa de Mercadona y la otra se apresura a hacer bingo, vamos...

Cualquiera diría que ayer a estas horas estábamos de paseo por Urgencias otra vez... Esta señora se no me saca de paseo por los ambulatorios una vez al mes no está tranquila, oye. Pues eso, que ayer estaba yo tan tranquila empezando mi postalita para el día del padre y va la compi y me pide que le tome la tensión. Yo que ya estoy hecha una experta en estos temas se la tomé... y estaba alta, y claro, como no se fiaba de mí (por si no lo he dicho antes la compi es el ser más desconfiado que hay sobre la faz de la tierra). Total, que se la vuelvo a tomar y me sale más alta... y ella lo ve claro: "¡Tenemoh que yamá a un tasi!". Venga, hombre...

El galán, que es más bueno que el pan, vino a buscarnos y nos llevó al 1º ambulatorio y justo cuando llegamos... ¡sorpresa! ¡Hacía unos 10 minutos que había acabado el servicio de urgencias! Lo peor del caso fue el médico que estaba allí y nos dijo que "Nos buscáramos la vida, que no era su problema". A esas alturas una servidora ya había digievolucionado a Albaultrarrabiosa y en ese momento maldecí la Seguridad Social... he de reconocerlo, mamá (espero que mi madre siga queriéndome después de esto).

Fuimos a otro "amburatorio" donde nos atendió un médico jovencito, que además era mejicano, súper amable y que tenía más grasa en el pelo que el que hay en la freidora del bar de educación de mi uni (que deduzco que es muchísima porque consigue que toda la facultad huela a fritanga cosa mala). El médico fue un encanto y tuvo más paciencia que un santo... lo mejor es que consiguió que a la compi le bajara la tensión y sin medicamentos. Vamos, tanto fue así que...

Médico: -Bueno, pues su tensión ya es correcta.

Compi: -¿Y no me va a hasé ni una eclerto de esas ni na?

Médico:- No señora, no veo que un electrocardiograma nos fuera de utilidad en su caso.

Compi: -Ejque la otra vé me hisieron una y ademá me dieron una paztillitah mu amargas pá debajo la lengua...

Médico: -Pero es que usted ya está bien...

Compi: -Pero ejque yo en mi casa me siento mú mareá, ¡¡y estaba a veintitré de tensión!!

Alba: -Compi, la otra vez que le hicieron la electro le salió bien, ¿se acuerda? Además, usted estaba a 20,5 de tensión y no a 23, ¿vale?

Estaba un poco mosqueada, he de reconocerlo, pero es que fue ver al médico y bajarle la tensión... Ejem, sin comentarios. La próxima vez me pondré la bata de mi madre que tengo en el armario (de cuando tenía prácticas de laboratorio en ciencias) a ver si hace el mismo efecto. Y ahora ahí está la tía, jugando al bingo como una bendita y poniendo de vuelta y media a medio barrio... ais, ¡quién fuera de la tercera edad!

Por cierto, he oído que hay un grupo en facebook llamado "Yo también leo a Copo y no comento"... ¡ya le vale al pedazo de friki que lo ha hecho! Jajaja

Un abrazo,

Alba Arroyo