12 de agosto de 2010

Donde se ponga un tenedor...

Querido Copo,
Ha raíz del fabuloso cumpleaños del galán, el muchacho decidió invitar a su pequeña y dulce novia (osease, una servidora) a un restaurante japonés. Yo siempre había hecho campaña en contra de dicha opción siempre que el galán había querido salir a comer, la verdad, y es que mejor malo conocido... ¡Vamos, que yo siempre he sido pro-restaurantes chinos! Me encaaanta su comida, el servicio, el precio... ¡pero si hasta me saludan por la calle cuando me ven!

Pero a lo que iba, que me voy por los cerros de Úbeda, que al muchacho le hacía ilusión y yo al final cedí (sí, lo sé, soy una santa). La verdad es que el local se llamaba Sakura, y las señoritas camareras iban en kimono... todo muy japonés, vamos. Pero a mí el colmo de los colmos me llegó al ver mis cubiertos... ¿dos palillos? Claro, vosotros, copoadictos, pensaréis "¿y tú qué esperabas, bonita?", pues bien, los chinos que yo sepa también comen con palillos y no son tan antipáticos de ponerte dos santos palos, y ale, apáñate-tú-como-buenamente-puedas.

Y sí, la verdad es que fue todo un espectáculo verme comer la sopa de pepinillo (o lo que aquello fuese) con palillos... Al principio intenté seguir las pautas que me daban en un papelito (Ja! Ingenua de mí...) pero al final opté por la técnica de agujerear el pepinillo y poner el palo en alto para poder comer algo... He aquí las pruebas:





Sí soy todo un espectáculo comiendo, señores... A lo que iba, que al final, le pedí al galán a que me pidiera unos cubiertos decentes, y él erre que erre que si los quería que los pidiera yo, que ya soy mayorcita. Pero como las japonesitas con kimono me miraban con odio y rencor cada vez que pasaba por su lado por el escándalo que estaba montando, pues puse al galán entre los palillos y la pared y le dije que o me los pedía o empezaba a comer con las manos, que decidiera.

Uno no es capaz de saber qué es la felicidad hasta que se encuentra con un cuchillo y un tenedor de toda la vida. Ah, valga decir que con la clavada que nos dieron en la cuenta, decidí meterme los palillos en el bolso como quien no quiere la cosa, que para comer me servirán poco pero una nunca sabe cuándo le pueden hacer falta para hacerse un moño, oigan.

P.D.1: Hoy, hemos ido al chinorris de siempre... y sí, he sido feliz.
P.D.2: Me voy de vacaciones con mis padres, mi hermano, mi hermana y la abuela... al galán me lo dejo levantando el país (vamos, trabajando). Snif.

3 comentarios:

  1. jaja, mi hermano mayor para mañana tiene preparado Sushi (o como se escriba... jeje) y de paso ha comprado palillos. Es fanático de lo japonés, pero yo ya le he dicho que prefiero comer con las manos (debo de tener entre mis ancestros a árabes, proque me sale natural).

    Lo de los palillos es muy romántico y todo lo que uno quiera, pero que reconozcan que es inútil e involucionado... jeje con lo fácil que es cortar y pinchar... o una cuchara...

    =)

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  2. Ay, Irene! Lo tuyo y lo mío son vidas paralelas, chica! Jajaja

    A mi galán le gusta todo lo que salga de lo común, la verdad Jajaja Y fue divertido aunque, completamente de acuerdo contigo, donde se ponga un tenedor... Jajaja

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  3. A decir verdad... En este asunto lo que menos importa son los palillos...

    La broma me costó 4 veces mas que un restaurante chino de toda la vida!! ¿¿Que se supone que nos comimos?? ¿¿Un bicho en peligro de extinción con salsa de oro??

    Poca broma... Ella consiguió llevarse los palillos, pero los mios (que estaban estratégicamente preparados para ser churrimangados), desaparecieron como por arte de mágia!!

    Madredelamorhermoso!! Juro por todos los shushis apestosos de este pais que no vamos a volver a pisar un restaurante timonés!!

    Te quiero Alba!

    PD.Gracias por la llamada

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¿Y tú qué le dices a Copo?