Querido Copo;
En estos días universitarios he aprendido dos cosas fundamentales que creo que me van a ayudar en mi supervivencia (sí, mi amado galán, he dicho supervivencia... y no me refiero a tu pedernal):
a) Las galletas que compra la madre de Sara son las mejores galletas del mundo. A ver, para explicar esto tengo que empezar por el principio de los tiempos. Sara es mi compañera del "pleno", es decir, vamos al 100% de las clases juntas, lo cual nos hace unas compañeras guays. Pues Sara tiene una madre también bastante guay porque le pone para desayunar tanta comida que más de un día hemos hecho un 2x1 y me he comido yo sus galletas... pero es que amigos, no son unas galletas cualquiera... ¡¡¡son las mejores galletas del mundo!!! Os prometo que no exagero, y la opinión de mi galán y de mi hermana me avalan... Así que como le prometí a mi nueva y querida compañera, ¡he aquí una entrada dedicada a ella (o a su madre, según como se vea) por habernos descubierto las mejores y más baratas galletas! Lo malo es que son de un establecimiento cuyo nombre empieza por Merca y acaba por dona y que me pilla lejos de casa por lo que me tengo que comprar unas parecidas de otra marca que me cuestan más caras y vienen menos...
Otra cosa muy útil que he aprendido es:
b) Que prefiero esperar 15 minutos al autobús a que el no me espere 1 minuto y yo tenga que ir andado hasta mi facultad, porque amigos y amigas, hoy he perdido el autobús y he tenido que ir en el coche de san Fernando, un ratito a pie y otro andando, que vale, que sólo tengo una media hora a paso ligero... ¡pero es que he llegado taaan acalorada a clase que al sentarme se me han empañado las gafas automáticamente! Por no hablar del sudor que caía por sitios de mi cuerpo que yo hasta desconocía... además se me ha rizado el flequillo tanto que parecía una flamenca... ¡ooolé!
Y he aquí mi historia... aunque también podría explicar que nuestra compañera de ciencias, Laia, es completamente adicta a las galletas Príncipe (dato a recordar para futuros pica-pica del grupo de prácticas) o que el otro día fui a comprar al Día con el carro de la compra de mi compi, pero que entonces recordé que me había quedado sin la aguja de bordar a punto de cruz y entré en una mercería... ¡y claro a mis 18 añitos recién cumplidos ir a una mercería con el carro de la compra hizo que me cayeran 40 años de golpe, señores!
¡Ahora sí que nada más!
Alba :)
P.D.: El título de este post hace referencia a una canción de Jarabe de Palo que me encanta.
jajajaja! me ha encantado la entrada querida compi del pleno!gracias por cumplir tu promesa!(también de parte de mi madre por dedicarle unas palabras!xD) nos vemos mañana en nuestras queridas clases!1 besito ;)
ResponderEliminarJOJOJOJO!!!! Vaya pedazo de actualización!! UN 10, señoras y señores!!!
ResponderEliminarPor cierto, yo voto tanto por las galletas celestiales como por las principe.