Lo que se escondía tras la persiana prohibida

Querido Copo;

Cuando me embarqué en esta aventura de vivir con una señora de armastomar ya sabía que me enfrentaría con extrañas manías. Los primeros días me dejó algunas cosas claras:

1. La persiana de mi cuarto no se sube, no se sube.
2. El horno es un aparato intocable.

Lo del horno me pareció una manía más producto de demasiadas horas viendo Telecinco (juro que las historias que esta señora inventa y que asegura que podrían sucedernos en cualquier momento en esta pacífica casa le ponen el vello como escarpias a cualquiera, señores Jajaja).

A lo que iba, que lo del horno era pasable pero nunca entendí lo de la persiana. En invierno cuando me levantaba a las 6 y media de la mañana y abría mi ventana para ventilar un poquitillo el cuarto la verdad es que tampoco me paraba mucho a mirar el paisaje Jajaja Después vino la primavera (¡amén!) y si por la mañana levantaba la persiana por la tarde, al volver, me la encontraba bajada... y tenía dos opciones: brujería o psicosis de la compi (obviusly, era lo segundo Jajaja).

Total, que el viernes pasado mientras me hacía la maleta para ir a ese lugar (plagado de abuelas que en el buffet libre del desayuno se ponían un plato de judías blancas) se me ocurrió la brillante idea de subir la persiana. La compi estaba en el dentista y yo me sentía rebelde, muy rebelde. Craso error. La habitación empezó a inundarse de un olor que me era familiar... no sé yo como describirlo... ¿orégano? ¿paté a las finas hierbas? Puse incienso y el olor erre que erre... que aquello no se iba. Total, que me aventuré a mirar qué había tras la ventana y esto es lo que vi:

¡¡Mi cuarto olía a porro!! Y me resultaba familiar... ¡de la universidad! Jajaja Sí señores, sí, llámenme tonta, ignorante o lo que ustedes quieran Jajajaja

Y entonces apareció un chico al que yo nunca había visto. Él en su terraza y yo en mi cuarto... pero como me sentía que había descubierto una sede de la mafia italiana en casa de mis vecinos no se me ocurrió otra idea que echar el cuerpo a tierra... Vamos, que al puro estilo mili iba yo por mi cuarto para evitar que mi vecino con porro humeante me "descubriera" Jajaja Al final estuve espiando como el fotografiaba sus... "geranios" con el móvil y me sentí toda una ninja Jajaja

Después mi compi se enteró de mi experiencia religiosa con el vecino y me preguntó si esas plantas eran algo malo como ella sospechaba... y yo "bueno, malas, malas... son graciosas" Jajaja Le dije que esa hierba se fumaba y que no sabía mucho más... ¡pero ella erre que erre haciendo preguntas! Como yo le daba largas (no por mala uva, sino porque como habréis podido comprobar no tengo ni pajolera idea del tema drogas Jajaja) la compi decidió abordar al galán y entre otras cosas le preguntó si eso era lo que se chafaba para metérselo por la nariz Jajajajaja

Resumiendo, que el día que tenga hijos adolescentes si les da por fumar porros podrán engañarme fácilmente diciéndome que se han ido a un italiano a comer unas pizzas con orégano Jajajaja

¡Un abrazo!

P.D.: No viene al caso, pero es que yo hoy me pregunto entre tanta divagación... ¿cuál es exactamente el "color carne"?